Venecia, inimitable e inolvidable.

UN POCO DE HISTORIA.

La ciudad de Venecia se extiende sobre una serie de 119 islas que emergen de una amplia laguna situada entre la tierra firme y el mar abierto. Hasta su fundación se encontraba habitada por unos pocos habitantes ilirios y venetos que vivían sobre el agua de la laguna en palafitos subsistiendo de la pesca y de la extracción de sal. Su fundació data del año 421. Los habitantes del Véneto, expulsados por los ostrogodos y los lombardos, se refugiaron en estas tierras pantanosas de la desembocadura del río Po constituyendo la ciudad de Venecia. Su situación "privilegiada" entre marismas y aguas pantanosas otorgó una gran independencia a Venecia respecto a los posibles conquistadores. En el año 810 el propio hijo de Carlomagno tuvo que retirar sus naves después de tropezar con los obstáculos que la zona ofrecía a la navegación. En el año 1204 comienza el gran apogeo de Venecia al iniciarse la Cuarta Cruzada. Las galeras venecianas al frente del Dux Enrico Dandolo tomaron Constantinopla y el imperio griego fue repartido entre los cruzados y los venecianos. Éstos se quedaron con numerosos barrios comerciales de ciudades de Siria, Palestina, Creta y Chipre. 

CARNAVAL Y SOL EN PLENO FEBRERO.

Salí de Milán en el  Freccia Rossa y en dos horas y media estuve en Mestre,  una pequeña ciudad muy cercana a Venecia que decidí escoger para alojarme en un hermoso hostel ya que es mucho más barata que la ciudad de los canales. Ir de Mestre a Venecia es de tan sólo 10 – 15 minutos en transporte público es una opción muy popular. El poco tiempo que te lleva llegar hasta la Piazzale Roma si vas en autobús, o a la estación de tren de Venecia hacen de ella una alternativa que vale la pena considerar.

Llegar en Carnaval  y con un sol magnífico en un cielo celeste fue el regalo más hermoso que pude tener en el día de mi cumpleaños (fue el 1ero de marzo y allí lo festejé, tal como me lo había propuesto hace mucho tiempo).  Venecia es bella por donde se la mire y La grandeza de esta ciudad son los miles de rincones, callejones,  puentes y edificios de decadente glamour, que le confieren un encanto que no tiene ninguna ciudad en el mundo. Las habrá más espectaculares, pero ninguna posee este hechizo que la hace inimitable y sobre todo inolvidable.

Visitar el interior del Palacio Ducal es, sin ninguna duda, una de las mejores cosas que hacer en Venecia en el que destaca su construcción en mármol de Verona y las grandes obras maestras del arte, en forma de pinturas y esculturas, que ocupan muchas de sus salas. Una vez dentro del Palacio Ducal de Venecia es fundamental hacer una ruta empezando por el Museo dell’Opera, en el que destacan las columnas originales del palacio con preciosos capiteles. Al salir del museo hay un bonito patio rodeado de arcadas y fachadas de mármol blanco, que tiene su joya en la Scala dei Giganti. 

Salí de Mestre en el tren junto con  la salida del sol desde la Riva degli Schiavoni con vistas a la iglesia de San Giorgio Maggiore. En este mismo paseo pasé por  el Puente de los Suspiros, uno de los más famosos de la ciudad, que conecta el Palacio Ducal con una antigua prisión . Para cruzar este puente debí entrar antes en el magnífico Palacio Ducal de Venecia, donde además del puente se hallan las  salas llenas de obras de arte, visitar la armería y subir por la preciosa Scala d’Oro.

Para conocer la historia del palacio y ahorrarte las largas colas puedes reservar esta visita guiada en español o coger esta oferta en la que se incluye la entrada a la basílica de San Marcos sin colas y un tour por la ciudad con guía en español.

Decidí luego cruzar el Puente de Rialto para disfrutar de las mejores vistas del Gran Canal, sin duda, una de las las mejores cosas que hacer en Venecia.
Después de cruzar el puente más antiguo y famoso de la ciudad, llegué al mercado de Rialto, lleno de puestos y tiendas, perfectas para buscar un regalo como la típica máscara veneciana o el preciado cristal de Murano.

Más tarde me subí a un vaporetto y realicé un gran paseo por el Gran Canal, siguiendo la línea naranja. Fue muy importante ubicarme en una sección de la parte delantera del vaporetto y así pude  disfrutar sentada de las vistas de increíbles palacios renacentistas, como los famosos Palacio Ca’Rezzonico y Pa

Situada en uno de los laterales de la plaza, la basílica de San Marcos es la iglesia más importante de la ciudad y una obra maestra de estilo bizantino con increíbles mosaicos en su cúpula.
La entrada es gratuita y sólo hay que pagar para ver la Pala de Oro, el tesoro y el museo, donde se encuentran los originales de los Caballos de San Marcos que están en la fachada.

Ver la gente con disfraz y máscaras me hizo sentirme en otro mundo . Un amigo me cuenta que  “El disfraz tenía un gran significado para los venecianos. Con el rostro cubierto los nobles tenían licencia para dar rienda suelta a todo tipo de placeres pecaminosos. Los siervos de bajo rango usaban vestidos de nobles señores y damas; al mezclarse con gente rica, tenían mayores posibilidades de asegurarse un mejor futuro. Algunas figuras del clero amaban cambiar su identidad por la de prostitutas, bestias o demonios”, así que decidí comprarme un antifaz y recorrer la maravillosa Venecia durante tres días.